La tensión se dispara con tintes militares en
torno a Ucrania y la eventual secesión de Crimea. Este jueves, en vísperas de
que los habitantes de la península previsiblemente se decanten por la independencia y la eventual anexión a Rusia, Moscú ha emprendido nuevas
maniobras militares junto a la frontera ucrania. Además, ha enviado seis cazas
y tres
aviones de transporte militar a la vecina —y aliada— Bielorrusia para realizar,
entre otras tareas, misiones de espionaje aéreo. Esta de cal bélica, tuvo otra
de arena diplomática: Rusia ha dado el visto bueno a que la Organización para
la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) envíe observadores a la
península ocupada de facto por tropas rusas no identificadas como tales.
El Ministerio de Defensa ha emprendido los ejercicios
militares en cuatro provincias, tres de las cuales —Bélgorod, Kursk y Rostov—
tienen frontera con Ucrania. En las maniobras próximas a los límites
territoriales participarán más de 8.000 militares, según la BBC, —unos 10.000
en total en todas las zonas, según fuentes rusas—. Se movilizarán tropas de
infantería, artillería, destacamentos mecanizados, de ferroviarios y tropas de
paracaidistas, las fuerzas de elite mejor preparadas para el combate, informa
Efe. Dispondrán de lanzacohetes y armamento antitanque. Los ejercicios se
mantendrán hasta finales de marzo.
“El principal
objetivo es comprobar el estado de preparación de las unidades militares y la
realización de misiones de combate e instrucción sobre terreno desconocido”,
señaló el ministerio en un comunicado
Las tareas incluirán “el espionaje aéreo”. Las nueve aeronaves tendrán su
base en un aeropuerto cercano a la frontera entre Rusia y Bielorrusia. Las
autoridades de este país también fronterizo con Ucrania aseguraron que los
aviones de Moscú participarán en maniobras militares conjuntas para comprobar
el sistema regional conjunto de defensa antiaérea. Un portavoz del Ministerio
de Defensa bielorruso, advirtió: “En caso de que siga creciendo la presencia de
tropas [extranjeras] en los Estados limítrofes, se tomarán las correspondientes
medidas de reacción en territorio bielorruso”.
Por otra parte, el presidente ruso,
Vladímir Putin, reunió este jueves al Consejo de Seguridad ruso y en sus
palabras introductorias dijo que tratarían también un punto que no estaba en la
agenda: la política que adoptará el Kremlin ante Ucrania. Putin reiteró la
posición rusa según la cual lo que acontece en el país vecino es una crisis
interna de la que Rusia no tiene la culpa.
También en el terreno diplomático, Moscú
dio este jueves el visto bueno a que la OSCE envíe una misión de supervisión a
Crimea, según anunció el presidente del Consejo Permanente del organismo,
Thomas Gräminger. Añadió que se está negociando con Ucrania el alcance
geográfico que tendrá la misión y si afectará a todo el país. Rusia era el
único de los 57 miembros de la OSCE que faltaba por dar el visto bueno.


